martes, 21 de abril de 2009

Mientras la tierra cae sobre mi, me aterro.
No es como pensé, como cuentan.
Sigo atrapado en este cuerpo ya sin vida, inútil.
Siento un ardor en el estómago, me quema, me sigue doliendo todo.
Morir no es un descanso, aún siento, aún pienso.
Estoy enojado, tengo sed. ¿Porqué a nadie se le ocurre que los muertos también tienen sed?
Odio el olor de mi cuerpo pudriéndose, estoy solo...

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