miércoles, 30 de diciembre de 2009

La vida es tan frágil. Eso es algo fácil de recordar, fácil de entender incluso, pero jamás será fácil de aceptar.
El dolor no es tan frágil; se alimenta cada día... De recuerdos, de miedos, de soledad.
Aveces queremos neutralizarnos, mostrarnos ajenos ante situaciones así, "Ser fuertes". Pensamos ser capaces de superarlo todo, de olvidar; y tal vez lo seamos, pero... ¡Qué difícil es!
¡Qué duro! Cuándo nos aferramos a lo imposible, cuando queremos regresar a instantes atorados en el pasado.